1ECU = 450CUP
1BTC = 431CUP
1MLC = 200CUP
1TRX = 170CUP
1USD = 405CUP
1USDT = 447CUP
La fuerza del guajiro: 5 valores que nos llevan más lejos
2025-08-09T09:18:24.904Z
Autor
Guajiros
Temas
culture - growth
En cada cubano hay un motor invisible que, aunque no lo veamos, nos empuja a seguir adelante. No importa si estamos en Pinar, en La Habana, en Madrid o en Toronto: llevamos en el pecho una fuerza que no se aprende en la escuela ni se compra en Amazon.
Aquí en Guajiros le pusimos nombre a esa fuerza: resiliencia, creatividad, solidaridad, adaptabilidad y orgullo cultural. Cinco valores que han marcado nuestra historia, que nos sostienen cuando el viento arrecia y que nos empujan cuando el camino se empina.
En 1963, el ciclón Flora arrasó el oriente de Cuba. Los campos quedaron inundados, las cosechas perdidas. Pero a las pocas semanas, los guajiros ya estaban sembrando de nuevo, con los pies embarrados y la vista en el horizonte. La resiliencia no es aguantar por aguantar: es levantarse más fuerte. Lo hacemos en el campo, lo hacemos en el exilio, lo hacemos hasta en la cola del pan.
Dicen que en los años duros del Período Especial, en Santiago de Cuba un vecino convirtió un motor viejo de lavadora en una licuadora improvisada para hacer jugo de mango. ¿El resultado? Medio barrio desayunado. La creatividad cubana es patrimonio nacional: somos capaces de hacer una fiesta con una bocina rota, un guiso con lo que haya, o una app con internet intermitente.
En los 80, un grupo de cubanos recién llegados a Miami se organizó para recibir a los próximos que venían del Mariel. Les buscaban colchones, trabajo y hasta les enseñaban cómo usar la guagua. La solidaridad es eso: el “ven, mi hermano, que aquí hay para ti también”. Puede que no tengamos mucho, pero lo compartimos como si sobrara.
Pregúntale a cualquier cubano en el extranjero cómo logró su primer empleo y seguro te contará una historia que empieza con “bueno, no era lo mío, pero…” y termina con “y ahora tengo mi propio negocio”. La adaptabilidad es como el ron: la tenemos en la sangre. Cambiamos de país, de idioma, de oficio… pero seguimos siendo nosotros.
En cualquier ciudad del mundo hay un cubano que organiza una peña de son, un dominó en la acera o una cena con arroz congrí y yuca con mojo. Nuestro orgullo cultural no es nostalgia: es una bandera invisible que nos recuerda quiénes somos, estemos donde estemos.
La fuerza del guajiro no se mide en músculos ni en títulos. Se mide en la capacidad de resistir, inventar, ayudar, adaptarse y, sobre todo, nunca olvidar de dónde venimos. Porque un guajiro puede estar en cualquier parte del mundo, pero siempre tendrá un pedazo de Cuba en la mirada… y otro en el corazón.