Mira, asere: en esto de emprender, ser valiente está bien… pero ser loco, no tanto.

Porque una cosa es tener espíritu aventurero y otra muy distinta es tirarte al vacío sin paracaídas, esperando que las alas te salgan en el aire. Spoiler: las alas no salen solas.

Los emprendedores inteligentes no se lanzan sin mirar. Y no porque sean miedosos, sino porque saben que detrás de cada negocio que funciona, hay estrategia, cálculo y un poquito de susto.

Emprender no es improvisar… aunque seamos cubanos

Es verdad que en Cuba hemos inventado desde pizzas de pan hasta taxis de bicicleta. Pero incluso en esos inventos hubo algo de cálculo:

• ¿Dónde voy a vender?

• ¿Cuánto me cuesta producir?

• ¿Quién me va a comprar?

• ¿Cuánto guaniquiqui me deja al final?

Ese, mi hermano, es el pensamiento estratégico. El arte de no tirarte del balcón sin saber si abajo hay piscina o un tanque de tiburones.

Así es como debes abordar tu negocio

Si estás pensando montar algo, apunta estos consejos pa’ que no digas después que nadie te advirtió:

1. Haz tus números, aunque sea en la libreta de la bodega

No tienes que ser economista, pero sí saber sumar y restar. Pregúntate:

• ¿Cuánto necesito para empezar?

• ¿Cuánto puedo ganar?

• ¿Cuánto puedo perder sin quedarme en la calle?

2. Investiga como si fueras el CDR

¿Hay mercado para lo tuyo? ¿Ya lo hace otro? ¿Lo hace mejor? Sal a la calle, habla con gente, pregunta, husmea. Ese chisme puede salvarte el bolsillo.

3. No pongas todos los huevos en una sola canasta

Por muy bonita que esté la idea, ten siempre un plan B. O al menos una manera de virar la tortilla si la cosa se pone fea.

4. Empieza pequeño, sueña grande

No hace falta empezar con local gigante y letrero de neón. Empieza con lo que tengas, prueba el agua, y ve creciendo.

5. Calcula el tiempo… y el estrés

Emprender no es solo dinero. Es tiempo, energía, y a veces, ganas de llorar en la ducha. Planea cómo vas a sobrevivir mientras el negocio despega.

6. No tengas miedo a pedir ayuda

Nadie se la sabe toda. Busca consejos, aliados, mentores o gente que ya haya pasado por lo mismo. No hay nada más cubano que pedir un favor… bien pedido.

El truco está en mirar antes de saltar

Emprender es una maravilla, sí. Pero no es una novela rosa. Es saber cuándo lanzarse… y cuándo esperar.

Porque, asere, no queremos verte tirándote de un balcón, gritando ¡voy a ser millonario!… y cayendo directo en el tanque de los tiburones.

¡Así que mira bien, planifica y lánzate… pero con swing y con cabeza!